ECO: “Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos” Salmo 127
Meditación: Este versículo me habla no de un miedo servil al Señor sino del temor filial de ofender a un Padre tan Bueno, al Hijo Redentor y al Espíritu de Amor. Ofenderles, es no solo ingratitud y dureza de corazón sino huír de la verdadera felicidad.
En cambio, agradar a un Dios tan Bueno, tratar de complacerle siempre con su gracia, es «dicha y gloria», es vivir de verdad, es ir por la vida con los pies en la tierra y los ojos y el alma en el cielo.
Oración: Madre, intercede por nosotros(as) para que amemos a un Dios tan Bueno, le reverenciemos, le sirvamos y le glorifiquemos siempre. ¡Amén!. A.E.C
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Madre Alicia Echeverri Calle